Un 10 en prolijidad

El orden no es algo que me caracteriza. La paciencia, tampoco. Por eso admiro a la gente que se toma la molestia, el tiempo y la dedicación de armar y desarmar todos los días su puesto de trabajo.



Esta foto la saqué hace unos días en el mercado de San Telmo. No se si llega a ver pero hasta le pintó caritas a los cocos (a la izquierda del loro).

Yo se que está mal, pero para mí ordenar es perder el tiempo.

¿Con qué cosa pierden tiempo ustedes?...

Asì no se puede

Me encuentro en una posición rara frente al día del amigo. Lo festejé siempre con amigas y amigos. Iba de un lado para otro, sobre todo en la época en que iba a la facultad. Ya antes de que Juan Cruz naciera dejé de darle tanta trascendencia al día en sí, sobre todo porque veía todo el tiempo a mis amigas/os con los que se día me juntaba... y entonces pasaba a ser un día más y el resto de los días del año tan o más día del amigo que el 20 de julio.

Este año me llamó Rosana, mi amiga de la escuela secundaria, para decirme que hoy se juntan a cenar un grupo cerca de la casa de ella. También Gabi y Paula. Seguramente, con Loli y Juli comeremos. Con Susi y el cubano almorzamos mañana. Y no arreglé nada con Vale, María Marta y Mumi. Tampoco con Gabita ni con Lauris. Entonces digo: al carajo con todo. No se puede vivir así. NO SOY LA MUJER MARAVILLA... ¿No se dieron cuenta todavía?

El regreso

Para que vean que no me he muerto. Acá va un recuerdo de la noche del viernes.

Gracias amigos de Oliunid por la foto. Ustedes son verdaderos superamigos.