El viernes fue maratónico. Las charlas en la jornada durante toda la mañana, la visita a Puerto Norte al mediodía, el almuerzo en el estudio de Gerardo Caballero y la visita al estudio de Diego Arraigada. A las 17.30, de nuevo a la jornada hasta las 20.30. De ahí al hotel a buscar a buscar las cosas y dejar Rosario.
Si no fuera por la salida del medidodía, me hubiera ido de la ciudad sin ver siquiera el monumento a la bandera.